lunes, 7 de noviembre de 2011
Te doy un espejo pan del tiempo
Saqué el espejo que me construíste con tus propias manos, tarde, amor. Unos 11 años después.Todos los que se miran se ven favorecidos
cuánta ración de amor le pondrías amor
no se ha perdido, no se ha roto, me reta y me muestra y ha estado callado esperando. Como custodia el inconsciente (la izquierda) de una puerta al tiempo-espacio que acabo de abrir en mi casa por debajo de un símbolo japonés, se posa como cuando nosotros, sobre una pared roja. Por esas cosas que pasan. Le ha caído en una esquina una peluca, es un llamador, dentro de poco me corto el pelo y se me han ido por la puerta los libros de teatro, y, símbolos al aire. Tan exacta estoy en el espacio, tan poco.
Digo tarde amor.
Tú el sabio el amor, yo la ciega la sombra.
Hoy
veo me veo (en) el espejo
(hoy me digo)
y entonces a ti
y a aquellos, nosotros.
Pero tú, hoy,
en aquel entonces,
conmigo o sin mí,
ya amor trescatorcepíeterno.
Tu querías.
Tú sabías qué y qué
nos conocíamos
la grandeza era conocerse
tú querías
tú querías
imagen de mí a través de tí
en objetividad espejo
y vas y me haces un puente con tus manos.
Tan largo que todavía hoy.
Tú el tiempo y yo tarde.