jueves, 24 de noviembre de 2011

Lo que la presidenta diga, decían todo el día

A las 3 de la mañana llegué el domingo de presidir una mesa electoral. 62 euros paga el estado por 17 horas de trabajo con falta de asistencia penalizada con cárcel. Hay quién que no va, pero eran 62 euros que aquí hacían falta. Qué circo para que nos roben los ricos a costa de los arbolitos. La natura, libre, libertarizada en sepia y blanco. Hay que hacer que los ojos que vienen con las papeletas miren desde más atrás. Para que no vuelvan. Empezar  a publicar los nombres de los que mandan de verdad, sacar a la luz sus procedimientos, no nos lo van a dejar demostrar, pero, irlo contando. Por supuesto que la presidenta no ha votado. Sí que me he divertido, pero no he votado. Llamémoslo política a largo plazo. Ni uno ni otro ni otro ni uno, ni los de más allá, si me das a escoger, no escojo, pero aconsejaría al que quiera escoger que escoja lo menos rancio. Este sistema NO  se cambia desde dentro.  Hay que erradicarlo. Hay que quererles, eso sí, hay que quererles. Para que se les cure la usurería esa que les recorre el cuerpo. Capaces de matar son, capaces de matar.